Seguimiento de la actividad
El siguiente paso es hacer un seguimiento de las actividades que ya estamos produciendo. ¿Recuerdas cómo funciona la mente cuando estamos tristes? Nos aferramos a los detalles, recordamos experiencias negativas, esperamos lo peor y somos escépticos sobre nuestras capacidades. Todo esto significa que tenderemos a devaluar nuestras acciones y a no tomarlas en serio.
Si hemos estado atrapados en la tristeza durante mucho tiempo, esto nos llevará a catastrofizar nuestras pérdidas y limitaciones.
Si llevamos un registro claro de nuestra actividad, podemos contrarrestar la catastrofización dándonos cuenta, por ejemplo, de que estamos haciendo mucho más de lo que creemos.
Resolver problemas
Una vez que entendemos en qué estamos perdiendo el tiempo, la siguiente tarea es darnos cuenta de nuestros principales problemas. Es probable que nos distraigamos con diversas actividades, pero tenemos que comprender todos los detalles. Hay tres principios básicos que pueden ayudarnos.
Cantidad óptima de actividad
Normalmente, al desapegarnos en exceso, hacemos demasiado poco. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario: nos lanzamos de cabeza al trabajo, sin dejarnos tiempo para otras cosas importantes. Existe un término medio en el que nos sentimos suficientemente ocupados y, al mismo tiempo, encontramos tiempo para actividades no planificadas o para posibles reorganizaciones y cambios de planes.
Equilibrio de actividades
No todas las actividades son iguales, y actividades diferentes satisfacen necesidades diferentes. Las actividades pueden dividirse en tres categorías (para abreviar, RAS): las que producen Resultados (R); las que nos conectan con los demás (C); y las que nos proporcionan Placer (U). Realizar actividades que producen un Resultado no es necesariamente placentero, pero experimentamos satisfacción después. Pueden ir desde fregar los platos y limpiar hasta ir a trabajar. Las actividades que nos conectan con los demás implican a otras personas: se puede hablar con alguien en una tienda, charlar con la familia o ir a una fiesta. Actividades de placer que solemos hacer para experimentar alegría en el proceso. Pueden ser pasear, ver programas de televisión, leer o hacer deporte.
Por supuesto, algunas actividades pueden pertenecer a más de una categoría a la vez (por ejemplo, el entrenamiento deportivo puede clasificarse en las tres). En la vida cotidiana, es necesario un equilibrio entre las distintas actividades.
Rutinas diarias
El orden y la rutina diaria son muy importantes para las personas. El mundo caótico e inesperado está fuera de nuestro control, pero al seguir rutinas y realizar actividades regulares y repetitivas, sentimos que podemos influir y controlar algo. La trampa de la tristeza está relacionada con sentirse limitado, por lo que al ceñirnos a las rutinas podemos sentirnos más eficientes y competentes. Sin embargo, también hay que encontrar un equilibrio: si seguimos un horario demasiado estricto, podemos sentirnos asfixiados y perder nuestra libertad y alegría de ser.
