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Qué es la socialización y por qué es tan importante a cualquier edad

La salud mental, la inmunidad e incluso la esperanza de vida dependen de ello.

Qué es la socialización
La socialización es la asimilación de la ideología y las normas de comportamiento establecidas en una determinada comunidad de personas. Gracias a este proceso, una persona comprende cómo debe actuar en tal o cual situación para seguir siendo miembro del grupo y beneficiarse de él.

La socialización primaria comienza en la infancia, cuando el niño interactúa con sus padres. Más tarde, este proceso continúa entre compañeros, profesores, entrenadores y otras personas que tienen contacto con el niño e influyen en él.

La socialización secundaria llega después de la adolescencia y se produce cada vez que una persona entra en un grupo nuevo. Por ejemplo, una persona entra en la universidad, consigue un trabajo, se traslada a otra ciudad o país.

Podemos decir que la socialización nunca termina: este proceso tiene lugar a lo largo de toda la vida. A continuación veremos algunas de sus principales etapas y le explicaremos por qué son tan importantes.

Por qué es importante la socialización primaria en la familia
Incluso habilidades aparentemente básicas como caminar con normalidad, reconocer gestos y responder al dolor requieren entrenamiento.

Un libro de sociología cuenta la historia de una niña descubierta en el piso de unos padres marginales. Privada de cuidados básicos y compañía, Daniella, de siete años, no hablaba, se movía de forma extraña y no podía interactuar ni siquiera con gestos sencillos.

No establecía contacto visual, no sabía masticar ni tragar alimentos sólidos, no sabía llorar y no respondía a estímulos que normalmente le causarían dolor.

Sin embargo, aunque no sea de esta forma tan descuidada, la falta de socialización a una edad temprana puede romper el resto de la vida de una persona. En The Biology of Good and Evil (La biología del bien y del mal), Robert Sapolsky lo demuestra claramente recordando lo sucedido en Rumanía en tiempos del dictador Nicola Ceausescu.

Tras la prohibición del aborto y la anticoncepción en los años 80 del siglo XX, las instituciones especiales rebosaban de niños abandonados. Debido a la escasez de trabajadores, se les mantenía en condiciones terribles, desnutridos y privados de socialización y cuidados básicos.

En la edad adulta, se observó que los residentes en orfanatos presentaban un deterioro de sus capacidades cognitivas, problemas de apego, depresión y ansiedad.

Además, incluso sus cerebros eran diferentes: tenían menos materia gris y blanca, un metabolismo más lento del córtex frontal, conexiones deterioradas entre distintas partes del cerebro y la amígdala agrandada.

Así pues, la socialización primaria en la familia tiene un enorme impacto en toda la vida posterior de una persona. Los traumas psicológicos de la infancia, la violencia y otras condiciones desfavorables mucho más tarde pueden provocar trastornos mentales y problemas en todas las esferas de la vida.

Además, también afecta a la etapa posterior de socialización: la comunicación con los iguales.

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