Publicidad

Síndrome de la mecedora: cómo dejar de prepararse y empezar a actuar

Los libros y los cursos a veces van en detrimento nuestro, haciéndonos andar sin parar.

Casi seguro que te ha pasado alguna vez: te entusiasma una idea y estás deseando empezar a hacer algo de inmediato. Pero antes de dar los primeros pasos, necesitas prepararte: leer una docena de libros, estudiar la experiencia de otras personas, elaborar un plan, potenciar ciertas habilidades.

Así que empiezas a comprar literatura motivacional, a escuchar seminarios web, a planificar. Pero al mismo tiempo no te acercas ni un milímetro al objetivo. Averigüemos por qué ocurre esto y qué hacer al respecto.

Qué es el síndrome de la mecedora y de dónde viene
Para tal situación, cuando parece que haces algo, pero al mismo tiempo no te mueves a ninguna parte, hay un nombre no oficial, pero bastante irónico – «síndrome de la mecedora» Por supuesto, esto no es un diagnóstico médico y no un término psicológico. Este concepto se cuela a veces en los blogs y caracteriza muy acertadamente lo que ocurre.

Estás cubierto de libros, podcasts, seminarios web y consejos, parece que estás dando algunos pasos, pero en realidad sólo te estás meciendo hacia adelante y hacia atrás como si estuvieras sentado en una mecedora. A veces a este estado también se le llama «sobreentrenamiento». ¿Por qué te ocurre esto? Hay varias razones.

1. Te acosan los miedos
Un gran número de miedos diferentes que literalmente te paralizan y te impiden no sólo conseguir lo que quieres, sino incluso pasar a la acción. Miedo a lo desconocido, miedo al fracaso, miedo a la crítica, miedo al éxito (sí, existe, porque si tienes éxito en algo, tu vida puede cambiar irreversiblemente).

El mecanismo es el siguiente. Tienes miedo, por ejemplo, de crear tu propia empresa. Temes perder dinero, temes la inestabilidad, que tus familiares te juzguen, temes no ser capaz de afrontarlo.

Pero es difícil admitirlo: al fin y al cabo, ya te has fijado un objetivo, te has prometido a ti mismo y quizá incluso hayas declarado públicamente que abrirás, por ejemplo, una tienda. Quedarse quieto, asustado y no hacer nada en una situación así ya es una vergüenza, y precipitarse en la vorágine con la cabeza da mucho miedo.

Así que te creas algo así como una ilusión de tormenta de actividad: vas a cursos, lees artículos para emprendedores, haces planes y todo tipo de preparativos. Y haces esto durante meses, si no años. Y como resultado, nunca abres una tienda.

2. Buscas la perfección
Y no te conformas con menos. El perfeccionismo en el mundo actual es casi una enfermedad. Una enfermedad que afecta cada año a más personas y que nos impide disfrutar de la vida y conduce al trastorno de ansiedad y a la depresión. Existen diversas variedades de perfeccionismo, pero su denominador común es el mismo: «es mejor no hacer nada que hacerlo imperfectamente».

Guiada por este principio, una persona aplaza tareas desalentadoras, empieza a procrastinar desesperadamente y acaba experimentando parálisis por acción. Esto forma parte del círculo vicioso al que nos conduce el perfeccionismo. El mismo estado en el que ya estás cansado de ver vídeos de YouTube y deambular ansiosamente por la habitación, incapaz de ponerte manos a la obra.

En el caso del síndrome de la mecedora, procrastinamos de forma más o menos productiva (aunque así se mire). Aprendemos cosas, hacemos planes, pensamos, hablamos con la gente e intentamos obtener información útil. Pero leer historias sobre cómo la gente aprendió chino no es lo mismo que aprender un idioma. De hecho, no deja de ser procrastinación, que nos distrae de lo importante.

related articles

Publicidad