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Qué es la trampa de la tristeza y cómo te impide llevar una vida plena

Programación
Analizando nuestras actividades diarias y teniendo en cuenta los tres principios descritos anteriormente, podemos entender qué hay que cambiar para mejorar la situación. Si no somos lo bastante activos, debemos intentar serlo más. Sin embargo, debemos procurar que se trate de actividades que produzcan resultados, nos conecten con los demás y nos proporcionen Placer. Si no encontramos el equilibrio adecuado entre ellas, la activación conductual estará por encima de nuestras posibilidades.

La trampa de la tristeza catastrofiza nuestras limitaciones y nos roba la fe en nuestras capacidades. Por lo tanto, a medida que nos volvemos más activos, debemos fijarnos pequeños objetivos para que podamos conseguir cumplirlos. Al lograr cierto éxito, podemos calibrar la percepción de nuestras capacidades y reducir la sensación de nuestras propias limitaciones.

Es mejor bajar el listón y tener éxito que ponerlo demasiado alto y sentirnos fracasados.

También debemos fijarnos objetivos concretos: qué queremos hacer y cuándo queremos hacerlo. Ser más proactivo no es fácil, por lo que ser fraccionado y claro con los objetivos y las expectativas es muy importante para conseguir resultados.

Una buena forma de ver lo equilibrada que es nuestra lista de tareas pendientes es comprender los sentimientos que nos evoca. Estos sentimientos deberían ser bastante positivos, del tipo: «Creo que puedo hacerlo» o «Esto tiene buena pinta». Si, por el contrario, al mirar la lista nos sentimos abatidos y deprimidos, es que nos hemos pasado y hay que retocarla o acortarla.

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