Cómo organizar la comunicación entre un hijo y sus padres tras el divorcio
Las actitudes negativas hacia uno de los padres mutilan la psique del niño, le quitan parte de su identidad y abren la puerta a conflictos internos.
Intente mantener una buena relación y asegúrese de que los niños tienen la oportunidad de comunicarse con ambos progenitores sin sentirse culpables por su amor.
Muchas mamás se enfrentan al fenómeno del «papá dominguero». La mujer controla y regula el comportamiento del niño durante toda la semana, le hace hacer los deberes, vigila el cumplimiento de las normas y la alimentación, y papá, a modo de vacaciones, viene un día y luego se va. Al mismo tiempo, la madre observa todas las emociones negativas, estallidos de caprichos y protestas, y le parece injusto.
No debe regañar por tal «injusticia» y menos por resentimiento que poner en contra del segundo progenitor. La frase «papá nos dejó» puede dejar una terrible cicatriz en la psique del niño y estropear por completo la relación con la ex pareja.
Conviene vigilar lo que se dice. No regañes a tu pareja delante del niño, no inventes emociones como «papá ya no te quiere». Aunque tengas motivos para pensar así, esas conversaciones sólo causan dolor.
Al mismo tiempo, intenta comprender a tu pareja. Antes del divorcio, era un miembro de pleno derecho de la familia, y después de recibir sólo migajas de atención, no tiene oportunidad de ver crecer a su hijo. Esta «desconexión» de la familia puede ser dolorosa no sólo para los niños, sino también para los adultos.
Si es posible, intenta implicar a tu pareja en el cuidado del niño. Deje que no se limite a pasear con él los fines de semana, sino que realice tareas importantes. Por ejemplo, ir al médico o comprar uniformes y material escolar, hablar con sus profesores, asistir a las reuniones de padres y profesores. Así el padre se implicará en la crianza, su papel no se reducirá al entretenimiento del fin de semana, y todos saldrán beneficiados.
