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Síndrome de la mecedora: cómo dejar de prepararse y empezar a actuar

3. Hay demasiada información
El conocimiento y la ayuda accesibles son sin duda algo positivo. No hay que rebuscar en bibliotecas, recopilar información por partes, buscar especialistas o viajar por la ciudad para recibir una formación cara. Pero esta accesibilidad tiene un lado oscuro.

Hay tantos libros, cursos, asesoramiento y servicios que la cabeza de cualquiera puede dar vueltas. En esta abundancia es muy difícil navegar: no está claro cómo distinguir la verdad de la mentira, y la información útil, de la transfusión de vacío en vacío.

Además, demasiadas opciones no siempre son buenas. Si hay demasiadas opciones, es fácil caer en el estupor. Y en lugar de tomar medidas decisivas – sin fin a través de libros, artículos y seminarios en línea en busca de la más adecuada.

El peligro de una rica elección, por cierto, confirmado y científicos. Así, en el curso de su experimento, la gente estaba más dispuesta a comprar mermelada, si el stand era sólo seis frascos diferentes. Y se negaron a comprar si había más de 20 sabores. Los vendedores y propietarios de grandes tiendas lo saben, y retiran a propósito algunos productos de los estantes, para que la abundancia no nos confunda.

Cómo salir de la mecedora y pasar a la acción
1- Limita tus opciones
Así podrás tomar una decisión rápidamente y empezar a actuar en lugar de prepararte. Ponte de acuerdo contigo mismo en que al principio no leerás más de cinco libros y no harás más de dos cursos de formación.

Por ejemplo, puedes ponerte como condición que sólo leerás obras de autores extranjeros o sólo las publicadas en el último año.

Prueba a ponerte un límite de tiempo: no dediques más de un día a elegir la literatura o el curso adecuados. En definitiva, experimenta para descartar cosas innecesarias y obligarte a decidir cuanto antes.

2. Sigue la regla de «cuanto antes, mejor».
Esta es una técnica que te ayudará a lidiar con el perfeccionismo. Acepta como un hecho que, en esta fase, la rapidez es más importante para ti que la calidad. Fíjate un plazo lo más ajustado posible y ponte a trabajar de inmediato.

Por ejemplo, prométase a sí mismo que aprenderá 30 palabras nuevas y 15 líneas básicas de una nueva lengua extranjera antes de que acabe la semana. O que escribirás tres mil palabras en tres días.

Puedes dividir un gran objetivo en muchos pasos pequeños y trabajar en cada uno de ellos en sprints.

Prueba a utilizar un cronómetro o participa en un maratón creativo o deportivo. En resumen, utiliza cualquier método que te ayude a entrar en el flujo y a no distraerte con la autocrítica. Sí, el resultado no será perfecto. Pero hacer ajustes a tu trabajo terminado es más fácil que empezar de cero.

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