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Gimnasia tibetana en la cama: 7 ejercicios para una mañana fácil y un cuerpo más sano

El Tíbet es una tierra misteriosa, un lugar de poder y al mismo tiempo de gran antigüedad, no sin razón se le llama «el techo del mundo». Los monjes tibetanos -personas que aprenden las enseñanzas secretas- viven en las montañas apartados del mundo civilizado. Se han escrito muchos textos sobre los milagros que realizan. Pero hay un método, de cuya milagrosidad no hay duda. Hoy se lo contaremos.

¿Qué es la gimnasia tibetana?
Cuando pensamos en ejercicios matutinos, nos imaginamos su versión clásica, que suele consistir en estiramientos y sencillos ejercicios de despertar que ayudan a animarse. La gimnasia tibetana tiene poco en común con lo que llamamos calentamiento matutino.

La gimnasia tibetana es una combinación de ejercicios pausados cuyo objetivo es el equilibrio emocional, la longevidad y el rejuvenecimiento general del cuerpo. Si cree que tiene algo que ver con el budismo que se predica en el Tíbet, no es así. Estos ejercicios no tienen nada que ver con la religión, así que cualquiera puede hacerlos.

El segundo nombre para este conjunto de ejercicios es ejercicios hormonales o endocrinos. No hace mucho, la medicina basada en la evidencia estaba de acuerdo en que las hormonas son las conductoras de nuestro cuerpo. Esta gimnasia permite corregir las acciones de estos mismos «conductores», lo que conllevará la recuperación y el correcto funcionamiento de todas las partes del cuerpo.

¿Quién es apto para la gimnasia tibetana?
A diferencia de los ejercicios específicos, cuyo rendimiento depende en cierto modo de tu preparación física, en el caso de la gimnasia tibetana no es así. Aunque realices un calentamiento clásico, puedes cansarte durante su ejecución. Pero para la tibetana no necesitas levantarte de la cama. ¿Sientes la diferencia?

Muy a menudo es difícil obligarse a hacer deporte por la mañana, incluso para el calentamiento habitual a veces no hay fuerzas. Aquí es donde la práctica de los monjes tibetanos viene al rescate. Te tumbas en tu mullida cama y te preparas poco a poco para levantarte. Esta es una especie de etapa intermedia, y después de ella puedes hacer los ejercicios matutinos clásicos, si te queda tiempo.

El secreto de la popularidad de la gimnasia tibetana radica en la facilidad para realizar los ejercicios, así como en la ausencia de necesidad de aparatos especiales o máquinas de ejercicios. No necesitarás tu fuerza, resistencia y el resto de habilidades que solemos utilizar mientras nos ejercitamos en el gimnasio. Sólo necesitas concentrarte, sumergirte en tus pensamientos. Entrégate a este entrenamiento matutino y cree en su milagrosidad.

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