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¿Cómo cambia el sueño con la edad y qué le afecta?

A medida que envejecemos, se produce una transformación incluso de las imágenes oníricas.

«El sueño no es sólo un momento de descanso y recuperación, sino también un proceso complejo que consta de varias fases. Todos sabemos lo importante que es dormir lo suficiente y despertarnos renovados, pero rara vez pensamos mucho en lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo durante una noche de descanso.»

¿Qué es el sueño desde el punto de vista científico?
Uno de los aspectos clave del sueño son las fases lenta y REM, o sueño REM. La primera comprende varias fases, que comienzan con somnolencia y progresan hasta el sueño «ligero». Durante este tiempo, nuestro cuerpo se calma: disminuyen la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, se ralentiza la actividad cerebral y se relajan los músculos. Este tiempo es necesario para que el cuerpo se regenere y repare, de modo que podamos despertarnos cada mañana sintiéndonos físicamente sanos y alerta.

Sin embargo, cuando nos despertamos de una fase de sueño profundo, podemos experimentar un estado de somnolencia y dificultad para concentrarnos durante la primera mitad del día. Esto se debe a que después de la fase de sueño de ondas lentas, entramos en la fase REM, o fase de sueño REM. Es entonces cuando tenemos nuestros sueños más vívidos y nuestros ojos se mueven rápidamente, como si estuviéramos viendo la pantalla de una película.

Con una noche completa de sueño, el sistema nervioso central (SNC) humano tiene la oportunidad de recuperarse por completo. También es el momento en que se produce la síntesis muscular tras el ejercicio y la normalización del sistema inmunitario.

Con una buena higiene del sueño, el cuerpo tendrá suficiente oxígeno para dormir toda la noche, lo que permite que los músculos del cuerpo se relajen.

¿Por qué un sueño adecuado también es importante para el SNC?
– En primer lugar, por la asimilación de información, la eliminación de conexiones neuronales innecesarias y la relajación del sistema nervioso.
– En segundo lugar, con el sueño completo se produce la relajación muscular y la síntesis de nuevas células, lo que es especialmente importante para las actividades deportivas. Después de todo, sólo en el fondo de la recuperación completa se producirá el crecimiento deseado de los músculos después del gimnasio.
– En tercer lugar, durante una noche completa de descanso hay una regulación de la síntesis de hormonas, que depende en gran medida de los ritmos circadianos, es decir, en el cambio de sueño y vigor.

Además, una noche completa de sueño influye en el peso. Si el sueño es interrumpido, corto, habrá un mayor aumento del apetito y antojos más frecuentes de alimentos ricos en carbohidratos.

El sistema inmunitario también se activa y regula, lo que permite una recuperación más rápida en caso de enfermedad y la prevención de nuevas dolencias.

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