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Cómo dar una segunda vida a los productos cuando se acercan al final de su vida útil

La carne estropeada ya no se puede salvar. Pero puedes luchar por la fruta «cansada» o el queso seco.

Antes de empezar a resucitar alimentos, hay que evaluar honestamente su estado. Los productos que hayan adquirido un fuerte olor desagradable, hayan empezado a cubrirse de moho, escoria blanca o una capa pegajosa, es mejor enviarlos a la basura. No se trata de derrochar, sino de cuidar la salud. Si el alimento acaba de empezar a perder su aspecto comercial, aún puede salvarse recurriendo a algunos trucos.

Frutas y verduras
– Para que las manzanas, pepinos, zanahorias y tomates ligeramente arrugados vuelvan a estar tersos, sumérgelos en agua fría con sal durante un par de horas. No te preocupes, la sal de la solución no afectará en absoluto al sabor de las frutas y verduras.
– Los cítricos secos pueden cortarse en rodajas finas y enviarse al congelador. Estas rodajas son convenientes para añadir al té y a los cócteles: darán sabor adicional y refrescarán la bebida. Se puede hacer lo mismo con las uvas.
– Las zanahorias, los rábanos y el apio marchitos se volverán crujientes si los dejas en un bol con agua fría y rodajas de patata cruda durante una hora.

Verduras
– El eneldo, el perejil y el cilantro pueden refrescarse si se ponen en un cuenco con agua fría y zumo de limón y se dejan en la nevera durante una hora. Debes tomar 1 cucharadita de zumo por vaso de agua.
– Para prolongar la vida de la lechuga de hoja rancia ayudará el agua caliente. Después de pasar algún tiempo en el líquido, las hojas se nutren y devolver la elasticidad anterior.
– Las hojas marchitas pueden picarse finamente, mezclarse con mantequilla, envolverse en film alimentario y enviarse al congelador. Esta preparación sustituirá a la mantequilla normal: por ejemplo, puede untarla en el pan, añadirla a las gachas de avena o utilizarla en repostería.
– Las hierbas picantes pueden utilizarse fácilmente para preparar un sabroso aliño para ensaladas. Retire los tallos de las hierbas, y vierta las hojas con vinagre de mesa a una concentración del 6 al 9% y póngalo en un lugar oscuro y fresco. Al cabo de dos semanas, el aliño estará listo.

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