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¿Cómo cambia el sueño con la edad y qué le afecta?

¿Cómo cambia el sueño a medida que envejecemos?
El sueño es una parte integral de nuestras vidas, y su duración puede variar significativamente en función de la edad.

Los niños necesitan dormir mucho más que los adultos. Los recién nacidos duermen la mayor parte del día y sólo se despiertan para comer. Al año de edad, la mayoría de los niños duermen unas 13 horas por noche, incluidas las siestas diurnas.

Es importante señalar que el sueño de un niño en los primeros años de vida se caracteriza por una fase de sueño REM más larga (fase de sueño REM, en la que soñamos), que desempeña un papel importante en la maduración y el desarrollo del cerebro. Además, cuanto mejor es la calidad del sueño, más melatonina se produce en el cerebro.

La melatonina es una sustancia producida en la glándula pineal que regula el ciclo sueño-vigilia y contribuye a organizar los ritmos biológicos y a normalizar el sueño.

Con la edad, la síntesis de melatonina puede verse alterada. Una gran cantidad de estrés, un gran esfuerzo físico, la falta de sueño, un horario de trabajo irregular con nuevas obligaciones, la falta de paseos durante el día aceleran enormemente el proceso de reducción de la síntesis de la hormona del sueño. A menudo, con la edad, las personas empiezan a despertarse más a menudo durante la primera fase del sueño y tienen dificultades para volver a dormirse.

La duración media del sueño en los adultos oscila entre siete y ocho horas, pero disminuye con la edad en unos 10 minutos por cada década que va de los 40 a los 70 años. A partir de entonces, los cambios son mínimos.

La proporción de sueño con movimientos oculares rápidos (fase REM) también disminuye, mientras que la fase superficial del sueño, por el contrario, aumenta. Estos cambios afectan a la eficacia del sueño en la vejez, que sigue disminuyendo. El ritmo del descanso nocturno también sufre cambios con la edad.

Muchos adultos mayores empiezan a acostarse antes y a despertarse antes debido a la disminución de la duración del sueño. Por ejemplo, si necesitan seis horas de descanso, pueden despertarse a las cuatro de la mañana. Esto puede deberse a un cambio en el reloj biológico interno o a otros factores.

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